Elementos básicos de una
narración.
autor
lector
narrador
narratario
personajes
espacios
mundos ficticios
posibles
acciones
El autor es (o fue) un ser humano
siempre externo a la construcción narrativa, y es quien determina el tipo de
narrador que quiere para su historia.
El lector es el ser humano que actualiza y resignifica el
texto narrativo cada vez que lo lee.
El narrador es un elemento ficticio,
creado por el autor, y permanecerá vigente todo el tiempo que la novela o cuento
existan como tales.
El narratario es también un elemento
ficticio supuesto por el relato, es el receptor ficticio que se configura por
todas las marcas textuales que van prefigurando un lector ideal propio de cada
texto. El narratario es la Persona, real o ficticia, a quien el narrador cuenta
su relato.
Una figura dentro de la obra literaria que sirve como
receptor de lo narrado.
El discurso narrativo además de contarnos una historia, nos ofrece una situación comunicativa: alguien, un narrador, cuenta una historia a otro, el narratario. Recordemos que el narratario no es el lector del texto, éste está, como el autor, fuera de la situación narrativa o ficcional. El narratario es el equivalente del narrador, el que ocupa el lugar del "otro", aquel a quien se orienta el discurso.
Téngase presente el no confundir situación narrativa con situación (o enunciación) literaria. En la primera los protagonistas son el narrador y el narratario y en la segunda el autor y el lector, los cuales, de inicio, quedan fuera de la situación narrativa o ficcional. Entre autor y lector no hay comunicación a través del texto literario puesto que el escritor no se comunica por medio del lenguaje, sino que nos comunica lenguaje.
Los personajes son los agentes de la narración,
sobre su actividad se constituye la historia y el relato. En lo fundamental,
sobre estos versan los comentarios y las observaciones del narrador. Son seres
imaginarios que exhiben distintos grados de importancia.
El protagonista es el personaje más
significativo del relato. Suele estar presente otro personaje que lo enfrenta,
oponiéndose a sus acciones: es el antagonista.
Existen, además, otros personajes secundarios, auxiliares o transitorios que
cumplen roles menores.
Los espacios constituyen esa
determinación del relato que se refiere a los lugares en donde se realiza la
acción, ya sea ligado al especio físico o sociocultural que compromete la acción
de los personajes.
Los mundos ficticios posibles constituyen la creación
fundamental y más abarcadora que posibilita el relato. La constitución de un
mundo da carácter de referencialidad al género pues como ya dijimos en la guía
anterior: el discurso narrativo literario es creador de mundos autónomos,
distintos del mundo real, y sólo existen en el espacio de lo posible. Si bien
es cierto que el mundo real es el referente que presta un carácter de
verosimilitud a los mundos literarios, el escritor, en un trato implícito con
el lector, puede apartarse del mundo real para representar en y sólo a través del
lenguaje verbal, nuevas versiones del mundo, pudiendo proyectarse, incluso,
hacia la más desbocada fantasía.
Las acciones son el centro de lo narrativo, pues esta se
considera como una sucesión de acciones. Una acción no es cualquier incidente
narrado o descrito: una acción es en términos.
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